La empresa cordobeza ha nacido de un grupo de agropecuarios que busca transformar el maíz en distintos procesos como la molienda, la licuación, la fermentación y posteriormente la destilación de ahí se obtiene un alcohol con 1 grado anhidro de 92-94 por ciento y después pasa por una purificación que llega al 98-99 por ciento que ya lo hace posible para el proceso de combustión de un automóvil.
El bioetanol se produce mediante una fermentación alcohólica por medio de levaduras. Las levaduras fermentan los azucares simples, que proviene de la biomasa, dando como resultado final, etanol y dióxido de carbono.
En el caso del maíz, el almidón que contiene el grano es el único componente que se transforma en alcohol. Para esto se utilizan enzimas específicas que hidrolizan el almidón hasta azúcares simples como la glucosa.
Esta unidad que se encuentra en Chacabuco con un motor flex ya tiene 50.000 kilómetros y es un poco la difusión del 100% de etanol. «Somos muy optimistas que desde el gobierno vamos a recibir buenas señales para que pueblos como los nuestros se vean beneficiados», dijo el ingeniero Carlos Cagna Vallino, fundador de AVPS, Asociación de Profesionales Senior.
Por su parte, Ariel Di Piero, secretario de Producción, agregó «Intentamos mostrar todo lo que tiene que ver con la cadena de valor del maíz y nos estaba faltando poder incorporar que era mostrar el uso del maíz como energía».
 
Se obtienen 400 litros de alcohol por tonelada de maíz, pero con el avance de las tecnologías esta eficiencia de conversión sigue en aumento.